Hoy
en día, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información
ejercen una poderosa influencia sobre la sociedad, jugando un papel muy
importante en la formación de la conciencia, tanto individual como colectiva,
de los niños. Esta influencia no es solo negativa, siempre y cuando sea una
actividad controlada, entendida y certeramente utilizada. Como bien sabemos,
los medios de comunicación que más influencia ejercen son la televisión e internet, dos increíbles herramientas que, aplicadas en el ámbito educativo,
suponen un gran apoyo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por
ello, responsabilizar de la falta de concentración o bajo rendimiento de los
alumnos, por ejemplo, a los medios de comunicación e internet es una hipócrita
excusa. Más bien se debe a un mal
enfoque y poco orientado uso de dichos recursos puesto que, a la inversa, bien
utilizados y gestionados, los resultados escolares, el fomento de la
creatividad y la comprensión del entorno de los alumnos crecen
exponencialmente. De ahí, que sea crucial que tanto las familias como los
centros educativos y la comunidad en general, unan sus esfuerzos para prevenir
que los efectos negativos de los medios influyan en la educación de los niños.
En
primer lugar, los padres deben saber qué están viendo sus hijos, a qué
contenidos acceden y controlar los tiempos. Por otro lado, los docentes son muy
responsables de la buena relación entre los alumnos y los medios, no ya desde
el punto de vista de cómo utilizarlos, sino más bien bajo qué objetivos
funcionan, su análisis y comprensión. Y por último, el resto de la sociedad debe
cuidar que los contenidos que se emitan respeten las franjas horarias
infantiles y los preceptos establecidos. En resumen y como decíamos, un trabajo
colectivo del que dependerán las futuras generaciones.
Pero
vayamos por partes y conozcamos algunos de los efectos negativos que tiene el
uso prolongado y desordenado de las nuevas tecnologías y los medios de
comunicación sobre nuestros hijos y algunos consejos para
evitar o contrarrestar sus posibles consecuencias.
Falta de socialización
Los niños pasan muchas horas solos frente al
ordenador/televisor/móvil sin relacionarse con ninguna persona de forma real.
Como bien habla el profesor Antonio Bolívar en Familia y
escuela: dos mundos llamados a trabajar en común, la sociedad tiende
a la individualización y los medios de
comunicación fomentan este proceso, siendo un hecho preocupante en edades tan
tempranas. Un niño sin la atención educativa necesaria se ve relegado a una
vida de sofá, silla de ordenador y virtualidad que nada tiene que ver con la
realidad. Fomentar las actividades al aire libre y en grupo por parte de los
padres y los profesores será muy beneficioso para el desarrollo de la
personalidad de los alumnos.
Confusión de roles
Al acceder con mayor y descontrolada frecuencia al conocimiento de la vida adulta (violencia, sexo, drogas), los niños simulan y asimilan comportamientos y acciones muy alejadas de su realidad. A través del acceso incontrolado a contenidos no infantiles, el niño adopta valores equivocados que la familia debe evitar y gestionar desde sus primeras manifestaciones. Por ello, es necesario saber qué contenidos consumen sus hijos, incluso cuando se trata de dibujos.
Efectos sobre la capacidad creativa y la imaginación
Internet y los medios de comunicación pueden influir
en la capacidad creativa de los niños de diferentes maneras: de manera
positiva, cuando los niños, conducidos por su entorno, encuentran en los medios
nuevas formas de aprender y desarrollar habilidades (cursos, tutoriales,
manualidades...), y de manera negativa, cuando los niños se vuelven adictos a
juegos o series, pasando largas horas sentados frente a la pantalla sin
desarrollar ni mostrar ningún interés hacia otras actividades.
Estereotipos
Los medios de comunicación crean y transmiten estereotipos, los fomentan, sobre todo la publicidad, la industria de los videojuegos y el sector cinematográfico, diferentes sectores que nos venden siempre la misma idea: parejas perfectas, niños encantadores e inteligentes y príncipes azules y guerreros valientes que no existen. La labor, en este sentido, de los adultos es explicar y hacer entender a los niños las diferencias que existen entre la realidad y la ficción, conocer sus impresiones y cómo ellos entienden lo que ven, pues así podremos detectar cualquier pequeña distorsión de la realidad a tiempo.
En
definitiva, consecuencias negativas, fáciles de prevenir si como padres y
docentes, enseñamos a los alumnos a utilizar de manera responsable y crítica
los medios de comunicación, un punto de partida para revertir sus efectos y
consecuencias a partir del cual podemos empezar a trabajar. Más información y
recomendaciones sobre los efectos de la televisión en los niños en el siguiente
vídeo: